Los mejores POEMAS PARA MAMÁ | Poemas Día de la Madre

Su amor es lo más importante para nosotros y por eso queremos hacerla feliz con nuestras palabras.

Con cualquiera de estos poemas para mamá ella se sentirá orgullosa y encantada si eres tú quien se lo dedica.

Y es que si a toda mujer le fascina un poema bonito, cuando es un hijo el que se lo dedica la emoción es ya insuperable.

Además, puedes transcribirlo a una hermosa tarjeta para mamá y crear el detalle perfecto.

Aquí te mostramos los poemas de amor maternal más emotivos, emocionales y cautivadores.

ÍNDICE

1. 🖋️ Poemas para mamá: autores anónimos

2. 🖋️ Poemas para mamá: poetas famosos

3. ¿Por qué regalarle un poema a mamá?

🖋️ Poemas para mamá: autores anónimos

No hay mejor regalo que expresar con hermosas palabras plasmadas en un papel lo importante que es tu madre para ti.

Poema de amor de madre (I)

Amor de madre que todo lo da y no pide nada.
Su mirada, una caricia dulce con ternura,
Su vientre primavera en flor.
Es el milagro que penetra por las venas.
Es fuente de amor y creación.
Es la pureza misma del amor,
la pureza más sencilla.
Sabe leer en el alma de sus hijos,
si tristes o alegres son.
Dios puso en ti la virtud de ser creadora
de la vida y del amor.
Y por todo esto, madre,
te mereces esta rosa tan linda y bella como tú.
ANÓNIMO

Poema dedicado a una madre (II)

Solo el amor de una madre apoya,
cuando todo el mundo deja de hacerlo.
Solo el amor de una madre confía,
cuando nadie otro cree.
Solo el amor de una madre perdona,
cuando ninguno otro entiende.
Solo el amor de una madre honra,
no importa en que pruebas has estado.
Solo el amor de una madre resiste,
por cualquier tiempo de prueba.
No hay ningún otro amor terrenal,
más grande que el de una MADRE.
ANÓNIMO

Poema para una madre (III)

El amor más delicado en la vida, es el amor que nunca se marchita.
Como el tuyo madre mía, es más grande porque nunca se olvida.
El más sincero porque es el único verdadero.
El más delicado porque se rasguña y se lastima.
Tu amor madre mía, es el amor que nunca olvidaría.
No lo olvidaría, porque sería como olvidar mi vida.
Pero olvidar no podría,
gracias a aquella palabra tan sencilla,
amor, sí amor
mamá mía…
ANÓNIMO

Poema de amor a una madre (IV)

Madre mía, madre de mi corazón,
sin ti me muero y me quedo sin amor.
Con este amor que me das yo me siento protegida,
me siento feliz de estar en tu vida.
Cuando tú me traes regalos, yo me siento muy feliz
y aunque no me los trajeras yo te querré siempre así…
ANÓNIMO

Poema para mamá (V)

Querida madre solo quiero decirte,
que eres la mujer más especial.
Y que aunque nadie lo entienda,
tu amor es el único de verdad.

Siempre me has consolado,
y me has llenado de calma.
Por eso hoy quiero regalarte,
un poema para tu alma.

Y con esto me despido con la más grande emoción,
esperando que mis palabras te lleguen al corazón.
ANÓNIMO

🖋️ Poemas para mamá: poetas famosos

Autores famosos que han abierto su corazón para que emerjan los mejores poemas y eternicen el amor por una madre.

I. Madre llévame a la cama

Madre, llévame a la cama que no me tengo de pie.
Ven, hijo, Dios te bendiga y no te dejes caer.
No te vayas de mi lado, cántame el cantar aquel.
Me lo cantaba mi madre de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos contigo lo recordé.
¿Qué dice el cantar, mi madre, qué dice el cantar aquel?
No dice, hijo mío, reza, reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño que nada dicen sin él.
¿Estás aquí, madre mía? porque no te logro ver…
Estoy aquí con tu sueño; duerme hijo mío, con fe.
De Miguel de Unamuno.

II. Galerías del alma

¡El alma niña! Su clara luz risueña;
y la pequeña historia, y la alegría de la vida nueva
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano aquel latido
de la mano buena de nuestra madre.
Y caminar en sueños por amor de la mano que nos guía.
De Antonio Machado.

III. Madrecita mía

Madrecita mía, madrecita tierna,
déjame decirte dulzuras extremas.
Es tuyo mi cuerpo que juntaste en ramo,
deja revolverlo sobre tu regazo.
Juega tú a ser hoja y yo a ser rocío,
y en tus brazos locos tenme suspendido.
Madrecita mía, todito mi mundo,
déjame decirte los cariños sumos.
De Gabriela Mistral

IV. Las manos de mi madre

Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!
Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.
Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!
De Alfredo Espino

V. La madre ahora

Ella repasa sus adentros
ochenta y siete años de grises
sigue pensando distraída
y algún acento de ternura
se le ha escapado como un hilo
que se le ha escapado como un hilo
que no se encuentra con su aguja.
Cómo quisiera comprenderla
cuando la veo igual que antes
desperdiciando la avenida.
Pero a esta altura qué otra cosa
puedo hacer yo que divertirla
con cuentos ciertos o inventados
comprarle una nueva tele
o alcanzarle su bastón.
Fragmento de Mario Benedetti

VI. La mamadre.

La mamadre viene por ahí, con zuecos de madera.
Anoche sopló el viento del polo, se rompieron los tejados,
se cayeron los muros y los puentes,
aulló la noche entera con sus pumas,
y ahora, en la mañana de sol helado,
llega mi mamadre, doña Trinidad Marverde,
dulce como la tímida frescura del sol en las regiones tempestuosas,
lamparita menuda y apagándose,
encendiéndose para que todos vean el camino.
Oh dulce mamadre
nunca pude decir madrastra,
ahora mi boca tiembla para definirte,
porque apenas abrí el entendimiento
vi la bondad vestida de pobre trapo oscuro,
la santidad más útil: la del agua y la harina,
y eso fuiste: la vida te hizo pan y allí te consumimos,
invierno largo a invierno desolado
con las goteras dentro de la casa y tu humildad ubicua
desgranando el áspero cereal de la pobreza
como si hubieras ido repartiendo un río de diamantes.
Ay mamá, ¿cómo pude vivir sin recordarte cada minuto mío?
No es posible.
Yo llevo tu Marverde en mi sangre, el apellido del pan que se reparte,
de aquellas dulces manos que cortaron del saco de la harina los calzoncillos de mi infancia,
de la que cocinó, planchó, lavó, sembró, calmó la fiebre,
y cuando todo estuvo hecho, y ya podía yo sostenerme con los pies seguros,
se fue, cumplida, oscura,
al pequeño ataúd
donde por primera vez estuvo ociosa
bajo la dura lluvia de Temuco.
De Pablo Neruda

¿Por qué regalarle un poema a mamá?

En un día especial como el Día de la Madre o el Día de su Cumpleaños lo más habitual es comprarle a mamá algún regalo que le guste.

Y eso está bien porque solamente por el detalle sabemos que le hará mucha ilusión.

Sin embargo, si queremos multiplicar por mil la emoción de nuestra madre al recibir su sorpresa hay una fórmula mágica que nunca falla: incluirle una dedicatoria, y si es un poema muchísimo mejor.

La poesía ayuda a que las personas pongamos palabras a algo tan profundo y abstracto como son sus sentimientos.

Por eso, regalar poesía es abrirse en cuerpo y alma y entregarse a esa persona a la que va dedicada.

Si te gusta escribir y se te da bien te recomendamos que aproveches la oportunidad de sacar a relucir al poeta o poetisa que llevas dentro, pero si no te atreves también puedes utilizar algún poema de los que has leído más arriba.

Y si por desgracia tu madre ya no está con nosotros pero te gustaría homenajearla con unos bonitos versos te aconsejamos estos poemas para una madre fallecida, seguro que evocarán en tu memoria algunos recuerdos.